"Y se encontraba allí un hombre indigno que se llamaba Seba, hijo de Bicri, benjamita; y éste tocó la trompeta y dijo:No tenemos parte en David,ni tenemos heredad en el hijo de Isaí;¡Israel, cada uno a sus tiendas!Y todos los hombres de Israel dejaron[a] de seguir a David, y siguieron a Seba, hijo de Bicri; pero los hombres de Judá permanecieron fieles[b] a su rey, desde el Jordán hasta Jerusalén. Cuando David llegó a su casa en Jerusalén, el rey tomó las diez mujeres, las concubinas que había dejado para guardar la casa, las puso bajo custodia y les dio alimento, pero no se llegó a ellas; y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, viviendo como viudas"
2 Samuel 20: 1-3
Algunas revelaciones que recibimos a través de esta Palabra:
1. Cuando alguien te hable, analiza si lo que te habla es para construir o para destruir. Aquí se habla de hombre indigno; otras versiones hablan de hombre perverso. Cuando te hablen mal de un pastor pídele a esa persona que ore contigo por ese pastor; cuando te hablen mal de la iglesia, pídele a esa persona que ore contigo por la iglesia. Eso construye y no destruye. La perversión destruye; la sabiduría suma y crece. Los errores, malos entendidos y pecados son oportunidades para pedir perdón, arrepentirse y comenzar de nuevo, pero no pueden ser usados, como hace el hombre perverso, para hacer leña del árbol caído.
2. Cuando alguien te hable, analiza si lo que te habla lo hace con el respaldo de la Palabra de Dios o lo hace embriagado de sus propias frustraciones. Seba,el hombre indigno y perverso de esta historia, significa BEODO, es decir, borracho, embriagado. Los borrachos no tiene miedo a destruir, ni siquiera a destruirse a sí mismos. Desconfía de los que te hablen embriagados de ganas de venganza, de rencor, de deseos de poder, de ánimo de derribar a otros.
3. Cuando alguien te hable, analiza cuánto hay de espíritu y cuanto de sentimientos y emociones. Un hombre lleno de Dios habla con pasión. Un hombre lleno de carne habla con emoción y resentimiento. Los hombres de Dios hablan en fe, porque Dios sólo tiene respuestas para la fe.
4. Cuando alguien te hable, analiza qué lenguaje está utilizando, si el lenguaje del reino o el lenguaje de la tierra. Hay trompetas que llaman a bendición y restauración y otras que hablan de destrucción y muerte. El chisme, la murmuración, lo que ataca el propósito, lo que divide, lo que mata, no viene de Dios.
5. Cuando alguien te hable, analiza si sus palabras te quieren encerrar o te hablan de libertad en el propósito. Seba tocó trompeta para encerrar al pueblo en sus tiendas, mientras que los que decidieron seguir a David llegaron hasta Jerusalén. Niégate a escuchar a aquellos que te hablan para distraerte de la meta.Sigue adelante. No dejes que te encierren en las tiendas del rencor, de la amargura, de las frustraciones y de la crítica descarnada y sin contrastar.
6. Cuando alguien te hable, analiza si quiere someter tu vida al pacto o a la anarquía. A veces hacemos cosas para Dios, con muy buenas intenciones, pero estamos fuera de pacto. David puso al cuidado de su casa a las concubinas, amantes con las que no tenía ningún compromiso, en vez de dejar que fueran sus esposas, bajo pacto, quienes cuidaran de lo suyo. Muchas veces las críticas nos hacen despertar y nos damos cuenta de que tenemos que volver al pacto y dejar morir lo que en nuestra vida devocional, ministerial, cristiana, está bajo cuidado o criterio del mundo. La crítica es un instrumento que nos debe ayudar a seguir, rectificar. No te dejes hundir por la crítica.
Francisco Rubiales Ministerio Evangelístico
@RubialesCCR
limitesinsospechados@hotmail.com
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