martes, 1 de diciembre de 2015

NO HAY PAZ SIN JUSTICIA


"Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate y sé hombre..." 1 Reyes 2:1-2

De ese modo comenzó  el rey David una íntima e instructiva conversación con el que le iba a suceder en el trono, su hijo Salomón. De entre todos los hijos de David, quien más derecho tenía a ser rey era, seguramente, su hijo primogénito, Daniel. Daniel significa JUSTICIA y, de hecho, si Israel necesitaba algo era justicia, sobre todo después de los tremendos pecados (mentira, adulterio, fornicación, muerte) que había cometido el ya moribundo monarca. Pero David eligió a Salomón, que significa PAZ. Entre la JUSTICIA y la PAZ, el rey eligió la paz sin solventar las necesidades de justicia.

Sin justicia no hay paz. La mayoría de los seres humanos tratan de evadir la justicia de sus propios errores, concediéndose  a sí mismos altas dosis de comprensión y perdón. Pero el pecado no se resuelve con paz, sino con justicia. Cristo vino a hacer justicia para que tengamos paz. Cristo vino a pagar por nuestros pecados para que, solventada la justicia, podamos tener paz con Dios el Padre.

En tus manos está tomar la decisión más trascendental de tu vida: pagar tú mismo por tus propios pecados o que sea Cristo quien pague por ellos.

Deja al Señor de la Justicia que reine en tu corazón y tendrás paz para siempre.

Francisco Rubiales Ministerio Evangelístico

www.youtube.es/limitesinsospechados


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