Me ha parecido interesante esta reflexión:
Vencer el miedo a la escasez.
“A AQUEL QUE ES PODEROSO PARA HACER TODAS LAS COSAS MUCHO MÁS ABUNDANTEMENTE DE LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS, SEGÚN EL PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS” (Efesios 3:20)
A continuación presentamos unas estrategias bíblicas para vencer el miedo a la escasez:
1) Dale a Dios el diezmo de tus ingresos (véase Malaquías 3:8-12; Mateo 23:23). No debatas si es una regla del Antiguo Testamento o un requisito del Nuevo. ¿No prefieres hacer más de lo demandado que comprobar demasiado tarde que te quedaste corto de las expectativas de Dios?
2) Vive de acuerdo a la regla 10-10-80. Después de dar a Dios el primer 10 por ciento de tus ingresos, ahorra el segundo 10 por ciento y cíñete a vivir con el 80 por ciento restante.
3) Confronta las áreas en las que tu temor a la escasez es mayor. ¿La comida? ¿La vivienda? ¿El transporte? ¿La salud? ¿La jubilación? Ahora desecha esas imaginaciones y sustitúyelas con esta promesa: “Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
4) No dependas exclusivamente de tus credenciales, tu capacidad de venderte, tus contactos e influencias o la seguridad de tu provisión financiera. Sácale el máximo rendimiento a tus capacidades pero en última estancia confía únicamente en el poder de Dios. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Aquí Él no está hablando solo de la vida espiritual sino también de todos los otros aspectos vitales. En este día, cree y recibe lo que Jesús ha prometido por fe y empieza a vivir en abundancia.
Vencer el miedo a la escasez.
“A AQUEL QUE ES PODEROSO PARA HACER TODAS LAS COSAS MUCHO MÁS ABUNDANTEMENTE DE LO QUE PEDIMOS O ENTENDEMOS, SEGÚN EL PODER QUE ACTÚA EN NOSOTROS” (Efesios 3:20)
A continuación presentamos unas estrategias bíblicas para vencer el miedo a la escasez:
1) Dale a Dios el diezmo de tus ingresos (véase Malaquías 3:8-12; Mateo 23:23). No debatas si es una regla del Antiguo Testamento o un requisito del Nuevo. ¿No prefieres hacer más de lo demandado que comprobar demasiado tarde que te quedaste corto de las expectativas de Dios?
2) Vive de acuerdo a la regla 10-10-80. Después de dar a Dios el primer 10 por ciento de tus ingresos, ahorra el segundo 10 por ciento y cíñete a vivir con el 80 por ciento restante.
3) Confronta las áreas en las que tu temor a la escasez es mayor. ¿La comida? ¿La vivienda? ¿El transporte? ¿La salud? ¿La jubilación? Ahora desecha esas imaginaciones y sustitúyelas con esta promesa: “Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).
4) No dependas exclusivamente de tus credenciales, tu capacidad de venderte, tus contactos e influencias o la seguridad de tu provisión financiera. Sácale el máximo rendimiento a tus capacidades pero en última estancia confía únicamente en el poder de Dios. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Aquí Él no está hablando solo de la vida espiritual sino también de todos los otros aspectos vitales. En este día, cree y recibe lo que Jesús ha prometido por fe y empieza a vivir en abundancia.