La oración, el tiempo devocional y de comunión con Dios, precisa de unas rutinas. Necesitas adquirir el hábito y, para ello, tienes que seguir unos sencillos pasos:
1. Prepara un momento cada día para tener un encuentro habitual con Dios. Procura que ese tiempo siempre sea a la misma hora.
2. Prepara un lugar para tener un encuentro habitual con Dios. Procura que ese lugar siempre sea el mismo, que sea tu lugar de encuentro de intimidad con Dios.
3. Apaga todos los aparatos que te puedan distraer. Televisión, teléfono, radio, ordenador, todo, absolutamente todo, tiene que estar apagado.
4. Prepara una lista de personas y situaciones por las que vayas a orar. Puede ser una lista mental o escrita. De todas formas no te preocupes, el Espíritu de Dios te va a ayudar y te va a traer a memoria muchos motivos de oración.
5. Comienza la oración tomándote un tiempo para relajarte. Respira y limpia tu mente. Recuerda que la oración es un tiempo de descanso, de desahogo, de intimidad, de paz en medio de las turbulencias de la vida.
6. Termina tu oración dándole las gracias a Dios por lo que Dios te habló. Recuerda que la oración no es un monólogo. Debes dejar espacio para que Dios te hable. Siempre que ores ten la Biblia abierta delante de ti.
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