martes, 2 de febrero de 2016

EL MAL PRÓDIGO







"Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó"

Lucas 15:18-20

Todos conocemos la parábola del hijo pródigo, de como las circunstancias le llevaron a reflexionar acerca de sus miserias, del tremendo error que supone alejarse del Padre y de la necesidad del arrepentimiento para volver a Él. Pero, desgraciadamente, la vida nos enseña que no todos los pródigos actúan de esa manera y vemos a los malos pródigos, que se definen del siguiente modo:

1. El mal hijo pródigo no se arrepiente. Pese a que todos le perdonaron, le ayudaron y le extendieron la mano en las innumerables ocasiones en las que cayó, el mal pródigo sigue manteniendo su orgullo y sus criterios.
2. El mal pródigo no reconoce al padre. El mal hijo pródigo piensa que no debe sujetarse a autoridad y no debe dejarse guiar, pues considera que encierra toda la verdad, que puede cuestionar lo de los demás sin que lo suyo se vea afectado. Pisotea la herencia del padre sin escrúpulos ni contemplaciones.
3. El mal pródigo quiere ocupar la posición del Padre.Piensa que su padre ha perdido su posición, y que él es quien debe ocupar ese espacio, eso sí, sin arrepentirse de sus pecados y mucho menos dar frutos de arrepentimiento.
4. El mal hijo pródigo es un cobarde.No es capaz de enfrentar al Padre cara a cara pero lo trata de abatir a sus espaldas o en su ausencia. Él quiere conseguir lo que le viene bien a él, no lo que le viene bien a su casa. Aprovecha que no está el padre en la casa para destruir la obra de años del padre.
5. El mal hijo pródigo aprovecha los momentos en los que los obreros están distraídos. Es en ese momento cuando echa por tierra todo lo construido y pisa todo lo sembrado, sin importarle nada los años de esfuerzo y sacrificio, presentándose como el salvador de una tragedia que no existe.
6. El mal hijo pródigo habla con el hermano para convencerlo de que lo que hizo el padre estuvo mal. Incluso le dice al hermano que él pecó porque su padre le dio la herencia, que la culpa de sus pecados es de su padre.Quiere que el hermano rechace al padre tanto como él lo rechaza. El mal hijo pródigo le echa la culpa a otros de sus malos comportamientos y nunca asume personalmente sus equivocaciones ni se arrepiente de ellas, haciéndose la víctima y tratando de enternecer al hermano y al obrero para conseguir sus objetivos.
7. El mal hijo pródigo es un vago. Nunca ha trabajado y viene a decirle al hermano- que siempre ha estado con el padre y ha sacrificado su vida en la obra- que a partir de ahora las cosas se van a hacer de otra manera, porque como las hacía el padre no tiene valor. No te sorprendas de que el hermano seguirá trabajando y él hará como que trabaja para seguir sosteniendo su doble vida.
8. El mal hijo pródigo quiere quedarse con la finca. No arriesgó nada, no sacrificó nada, no pagó ningún precio, nunca la trabajó ni añadió ningún fruto, pero quiere la finca  a toda costa, aún a precio de la vida, de la cosecha y de la salvación de las personas, llevándose por delante a quien sea.

Amados: no os dejéis engañar. El arrepentimiento se ve por sus frutos y no por una vocecilla dulce que recita de memoria algunos versículos de la Biblia. El mal hijo pródigo mataría por un ministerio, por un púlpito o por lo que fuera necesario. El mal hijo pródigo arrasa con todo con tal de salirse con la suya. El mal hijo pródigo le va a decir a la gente lo que quiere oír y no lo que necesita oír. 

Abre bien tus ojos.Otra vez: no te dejes engañar.

Francisco Rubiales Ministerio Evangelístico
@RubialesCCR
limitesinsospechados@hotmail.com



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